El 6 de octubre de 1968. Además del clima fresco, era un típico domingo del Sur de California. Las temperaturas siempre son entre los 15 y 20 grados. Incluso en contra de todos sus esfuerzos el sol permanece oculto entre el smog que convierte el cielo en un tono ligeramente gris. El centro de Los Ángeles, frenético con los carros y comercios durante la semana, parece una pintura de museo los domingos por la mañana.
Solamente tres kilómetros al sur del centro, se desarrollaba una historia muy diferente. Cruzando la ciudad de Los Ángeles, miles de Angelinos llenaban de carros el tráfico hacia el Memorial Stadium para el segundo juego de la Serie Mundial del 68. (Los Orioles debían ganar a los Dodgers aquel domingo.)
Aquel domingo por la mañana -- 6 de Octubre de 1968 – otro grupo de personas realizaban su jornada para cruzar la ciudad de Los Ángeles. No ocasionaron tráfico. No entorpecieron el tráfico. Ni siquiera se acercaban a llenar un estadio de beisbol. (De hecho, ni siquiera eran suficientes para completar un equipo de beisbol)
Eran solamente 12 personas en aquel pequeño-notable Segundo grupo de aquel domingo de octubre; 12 personas que se reunieron en la sala de Troy Perry para el primer servicio de adoración de las Iglesias de la Comunidad Metropolitana.
Jesús contó historias maravillosas sobre plantar semillas– historias que nos enseñan sobre el Reino de Dios. Así es exactamente como pienso en el primer servicio de ICM– aquellos 12 sembradores de la semilla de la fe y del servicio. Ellos plantaron las semillas de sus oraciones y sus ofrendas y diezmos. Ellos plantaron las semillas de la esperanza, del amor y de la justicia. Ellos pusieron su parte – y entonces Dios puso su parte, les bendijo y les multiplicó.
Esa es la buena forma en que Dios piensa de ICM en el 45º Aniversario. Este año, tenemos la oportunidad de continuar el ejemplo de los primeros en ICM plantando la semilla que Dios bendecirá y fortalecerá a todas las congregaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario