lunes, 19 de enero de 2015

Ecumenismo y universalidad

 “Jesús le dice: “Dame de beber” (Juan 4, 7)

La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos es convocada anualmente por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y el Consejo Mundial de Iglesias. Este año, nos lleva a uno de los primeros capítulos del Evangelio de Juan, este capítulo se incluye entre los signos con los que Juan nos presenta el ministerio de Jesús. Lo que nos acerca a través de estas historias iniciales es una descripción de lo que resulta fundamental e ineludible en la misión de Jesús y por tanto en el quehacer cristiano.

Para el primer día de oración las iglesias cristianas de Brasil, que han preparado este material, nos sugieren quedarnos en la frase del versículo 4: “Y le era necesario pasar por Samaria”, un itinerario que precisamente en esta semana en que nos hemos visto confrontados al radicalismo y a la xenofobia criminales. Tanto en París, por la terrible agresión contra la vida de los periodistas y contra la libertad de expresión, como en todas las declaraciones que señalan al extranjero o al musulmán como fuente de todos los males, las víctimas no merecen los sufrimientos que les hacen pasar los prejuicios, la intolerancia o las ideologías que no respetan los derechos fundamentales.

Jesús actúa de un modo totalmente contrario a estos fundamentalismos, a Jesús no le era necesario pasar por Samaria por razones prácticas, sino teológicas. El episodio de la mujer samaritana es toda una declaración de fe en la diversidad y en las personas, hablando con esa mujer, revelándose a una samaritana, convirtiéndola en ministra de su mensaje y enfrentándose a los prejuicios de sus discípulos Jesús pone, entre las esencias de su ministerio, el poner por delante al ser humano y su necesidad.

En una semana, en la que en todo el mundo nos reunimos para orar por la unidad de los diversos cristianos, afirmamos nuestra fe en la universalidad del mensaje de Jesús y en lo inalienable de la dignidad humana. Estas características son fundamentales en el ministerio de Jesús porque entrañan una manera de entender el ser humano desde la igualdad, la fraternidad y la libertad. Tomados del cristianismo y de otras tradiciones religiosas y filosóficas la construcción europea y todo el edificio de los derechos humanos se sostienen los mismos principios.

Debemos seguir pasando por Samaria, por la diversidad, por la integración y cualquier atajo, criminal o de exclusión por la condición de migrante, musulmán, género u otras, no son más que formas de violencia que nos sumen en los atajos de la barbarie.

Por el Pastor Alfredo Abad en entreParéntesis

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