El sacerdote australiano, Greg Reynolds, ha sido excomulgado por el Vaticano por su apoyo a los derechos de los homosexuales y las mujeres, pocos días después de que el Papa pidió a los católicos "encontrar un nuevo equilibrio ", absteniéndose de las condenas frecuentes a los homosexuales.
El sacerdote australiano Greg Reynolds, ha sido excomungado por el Vaticano al defender los derechos de los homosexuales y una mayor participación de las mujeres en el catolicismo.
El jueves, el Papa Francisco afirmó que la Iglesia Católica había crecido "obsesionada" con la predicación contra el aborto, el matrimonio igualitario y la anticoncepción, y que estaba optando por evitar discutir esos temas. Él comentó que temía que la iglesia se convertiría en una "pequeña capilla", en lugar de una "casa de todos".
El documento del Vaticano, que fue escrito en latín, excomulga al padre Greg Reynolds sin dar razones. Reynolds le había dicho a The Age que se esperaba ser expulsado de la orden, pero no excomulgado.
"En tiempos pasados la excomunión era la última solución, pero hoy en día la jerarquía ha perdido la confianza y respeto", afirmó. "He llegado a esta posición porque he seguido mi conciencia sobre la situación de las mujeres y el matrimonio gay. El Vaticano nunca se puso en contacto conmigo y no da ninguna explicación".
Fairfax Media señala que los únicos sacerdotes en Melbourn que han sido expulsado de la orden han sido los pedófilos conocidos. "Estoy un poco molesto, si no cabreado, por el proceso o la falta de proceso, ha declarado el Sr. Reynolds a American Press.
Asimismo, una universidad católica en el estado de Rhode Island, EE.UU., ha rescindió esta semana su invitación a un profesor de filosofía gay que iba a hablar a favor de la igualdad de matrimonio.
Peter LaBarbera, presidente de Americanos por la verdad sobre la homosexualidad, se sintió ofendido por una aparente relajamiento de la postura del Papa Francisco.
Chad Griffin, el presidente del Comité de Derechos Humanos, escribió una carta abierta el viernes dirigida a los Caballeros de Colón y de la Conferencia de Obispos Católicos, calificando el discurso del Papa como "un momento extraordinario", y pidiendo a la jerarquía católica que siguiese sus comentarios en los EE.UU.
El sacerdote australiano Greg Reynolds, ha sido excomungado por el Vaticano al defender los derechos de los homosexuales y una mayor participación de las mujeres en el catolicismo.
El jueves, el Papa Francisco afirmó que la Iglesia Católica había crecido "obsesionada" con la predicación contra el aborto, el matrimonio igualitario y la anticoncepción, y que estaba optando por evitar discutir esos temas. Él comentó que temía que la iglesia se convertiría en una "pequeña capilla", en lugar de una "casa de todos".
El documento del Vaticano, que fue escrito en latín, excomulga al padre Greg Reynolds sin dar razones. Reynolds le había dicho a The Age que se esperaba ser expulsado de la orden, pero no excomulgado.
"En tiempos pasados la excomunión era la última solución, pero hoy en día la jerarquía ha perdido la confianza y respeto", afirmó. "He llegado a esta posición porque he seguido mi conciencia sobre la situación de las mujeres y el matrimonio gay. El Vaticano nunca se puso en contacto conmigo y no da ninguna explicación".
Fairfax Media señala que los únicos sacerdotes en Melbourn que han sido expulsado de la orden han sido los pedófilos conocidos. "Estoy un poco molesto, si no cabreado, por el proceso o la falta de proceso, ha declarado el Sr. Reynolds a American Press.
Asimismo, una universidad católica en el estado de Rhode Island, EE.UU., ha rescindió esta semana su invitación a un profesor de filosofía gay que iba a hablar a favor de la igualdad de matrimonio.
Peter LaBarbera, presidente de Americanos por la verdad sobre la homosexualidad, se sintió ofendido por una aparente relajamiento de la postura del Papa Francisco.
Chad Griffin, el presidente del Comité de Derechos Humanos, escribió una carta abierta el viernes dirigida a los Caballeros de Colón y de la Conferencia de Obispos Católicos, calificando el discurso del Papa como "un momento extraordinario", y pidiendo a la jerarquía católica que siguiese sus comentarios en los EE.UU.
Por Guillermo Otero para Cáscara Amarga
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