El TTIP es un acuerdo de gran alcance que se está negociando
actualmente entre la Comisión Europea y el gobierno de los Estados
Unidos. No se trata de las barreras al comercio como los aranceles, que
ya son en general muy bajos entre la UE y EU.UU. Se centra sobre todo en
los reglamentos, normas, derechos corporativos y garantías de
inversión. El TTIP tiene como objetivo facilitar la inversión directa y
la eliminación de obstáculos burocráticos a la circulación del capital transnacional
que supone ya el 78% del capital invertido en el mundo. Otros tratados
similares como el CETA (entre la UE y Canadá) y el TISA (Acuerdo
Multilateral para la Liberalización y Privatización de Servicios
Públicos) persiguen el mismo objetivo.
Con estos acuerdos, particularmente a través del objetivo
consistente en la eliminación de las barreras no arancelarias, las
regulaciones sociales, sanitarias, ambientales, culturales, de servicio
público, de protección de los consumidores y de las empresas propias de
Europa serían prohibidas en un Estado, una región o un municipio, si son
juzgadas “no razonables, arbitrarias o discriminatorias “.
El artículo 27 del proyecto del TTIP prevé que el “Acuerdo será obligatorio para todas las instituciones que tengan poder regulador y las demás autoridades competentes de ambas partes”.
El artículo 27 del proyecto del TTIP prevé que el “Acuerdo será obligatorio para todas las instituciones que tengan poder regulador y las demás autoridades competentes de ambas partes”.
Además de la apertura de los servicios públicos, la Comisión Europea y
el gobierno estadounidense tienen la intención de usar el acuerdo
comercial para abrir la adjudicación de contratos públicos a la
competencia del sector privado. Esto tendrá como consecuencia que muchos
gobiernos locales ya no estarán autorizados a hacer políticas de
adjudicación a favor de fines sociales y medioambientales importantes,
como los programas de alimentos locales fomentados en las escuelas y
otros organismos públicos. Una vez más, las únicas beneficiadas serán
las corporaciones transnacionales, que desbancarán a los proveedores
locales y se harán con sus contratos.
Ante esta situación, ha surgido en toda la UE una iniciativa
consistente en que las corporaciones locales aprueben una moción,
dirigida a los respectivos gobiernos centrales, por la que se declaran
opuestas a los llamados Tratados de Libre Comercio (TLC) de nueva
generación, como el TTIP, CETA y TISA
En estas mociones las colectividades locales ponen de manifiesto que:
- El comercio y la inversión solamente pueden contribuir al bien común y conducir a intercambios económica y socialmente beneficiosos si respetan las necesidades humanas, y no se basan únicamente en el beneficio de los especuladores financieros y de las empresas transnacionales;
- La eliminación programada y progresiva de los servicios públicos es también la eliminación programada y progresiva de la solidaridad y la democracia;
- La apertura total de los servicios y las compras públicas a la competencia del capital privado produce efectos contraproducentes en cuanto a su accesibilidad, calidad y coste;
- Los derechos sociales son derechos inalienables, por lo que no pueden depender exclusivamente de la lógica del mercado;
- Sólo la existencia diversificada de servicios públicos socialmente útiles permite asegurar una calidad de vida digna para todos y en todas partes, en estrecho nexo con el ejercicio real de la democracia;
- El control público debe preservarse para garantizar el acceso a los bienes comunes y a la creación de nuevos servicios públicos, así como para favorecer la industria y empleo locales.
Por lo que declaran a la corporación local insumisa y opuesta al
TTIP, CETA y TISA, y solicitan del Gobierno Central la suspensión de las
negociaciones del TTIP y el TISA, y la no ratificación del CETA.
Gracias a la presión pública y la movilización de la sociedad civil
internacional en contra de la nueva generación de acuerdos de libre
comercio, más de mil municipios europeos (entre ellos más de 140 en
España) han adoptado estas resoluciones declarándose zonas libres de
TTIP / CETA / TISA.
Por estos motivos, durante el 21 y 22 de abril de 2016, se celebró en Barcelona el primer Encuentro Pan-Europeo de Autoridades locales y Nueva Generación de Tratados de Libre Comercio, con
el objetivo de buscar espacios abiertos de reflexión colectiva sobre
cómo defender a las comunidades locales y a sus instituciones
democráticas y cómo fortalecer las políticas públicas de defensa de los
Derechos Humanos, así como el apoyo a la economía local con el fin de
lograr la justicia social y económica.
Vemos necesario y urgente comprender y
crear conciencia sobre los impactos sociales, económicos y ambientales
de la actual agenda de Comercio e Inversión, en la que los acuerdos de
libre comercio como TTIP / CETA / TISA representan una grave amenaza
para la Democracia, los Derechos Humanos y la Soberanía de los Pueblos.
Redes Cristianas comparte y apoya las alternativas ya existentes en
contra de estos tratados y en defensa de la Democracia, de los Derechos
Humanos y de la Soberanía de los pueblos.
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